Una tarde, como cualquier otra, Él y Ella habían quedado de salir a un parque que quedaba cerca de una plaza que solía encontrarse solo. Ellos estaban platicando de cosas sin importancia sentados en una banca y poco a poco comenzaron a surgir temas que encendían poco a poco su deseo sexual, sabiendo que se encontraban solos en aquel lugar comenzaron con besos ligeramente apasionados para después ir subiendo de tono y comenzar a tocarse. Él tocaba sus pechos encima de la playera, mientras ella le tocaba el pene, igualmente sobre el pantalón. Él la comenzó a pegar a su cuerpo mientras se masturbaba sobre el pantalón, Ella al darse cuenta de lo que hacía comenzó a ponerse más caliente, al grado de querer sacarle el pene y sentarse sobre él. Ella le compartió el deseo que tenía en mente, ese sucio deseo que a todos se nos ha ocurrido alguna vez. Se pusieron tan calientes que Ella se bajo los pantalones hasta una altura en la que pudiera sentarse en Él con facilidad y aun poder moverse tal como la posición lo requiriera, mientras, Él se bajaba el cierre del pantalón para poder sacar su enorme pene erecto, listo para penetrarla. No perdieron tiempo, Ella se sentó en el largo pene así como quedo acordado al principio. Se mantenía callada puesto que no era mucha la intensidad con la que lo hacían, pero comenzaron a aumentar la intensidad y se les escapaban uno que otro gemido. Él de inmediato le saco los pechos de la playera y comenzó a chupar sus pezones cual caramelos, eso a Ella le excitaba mucho y provocó que la intensidad de los sentones en aquel pene erecto fuera mucho más elevada, haciendo que los gemidos y gritos fueran más fuertes. Continuaron por no más de 10 minutos puesto que el lugar no era del todo seguro. Él dijo que pronto se vendría, que ya no aguantaría más la excitación. A Ella ésto la excitó el doble y aceleró sus movimientos, haciendo que los sentones empezarán a sonar como aplausos. «Ya no aguanto. ¡Me vengo!» dijo Él gimiendo. Ella rápidamente se sacó el pene de entre sus piernas para hincarse frente a éste y recibir el semen en su boca. Finalmente ella lo trago. Es una amante del semen, la vuelve loca y adora el sabor que le queda después de tragarlo.

Pasado eso se fueron del parque, caminaron sin un rumbo fijo mientras platicaban un poco de lo ocurrido, cuando, Él recibió una llamada a su celular, era un amigo que lo invitaba a una fiesta esa misma tarde. Ellos decidieron ir puesto que, el sexo de improvisto, los había dejado sin planes por el resto del día.

Ya en la fiesta estuvieron un tiempo a gusto, tomando un poco y compartiendo risas con sus amigos. Pasada la tarde, ya que algunos se habían ido, surgió la idea de jugar botella entre ellos. La idea les pareció buena a todos ya que justamente quedaban tres parejas incluidos Él y Ella. Se prepararon para comenzar.

Al principio los retos eran muy sencillos, no pasaban de cosas como besos y manoseadas, pero después las cosas fueron poniéndose interesantes. Los retos ya eran de mamadas, manoseadas que incluían poner a la vista sus partes intimas, y al final todos los retos terminaron en sexo frente a los demás integrantes del juego de la botella. Él y Ella fueron los últimos en hacer el reto, hicieron 2 posiciones muy cómodas para estar en el suelo y que en lo personal, eran sus favoritas. A Ella le encanta chupar su pene después de haberla penetrado, el sabor combinado de su pene, semen y de los jugos de su propia vagina. Se besaban y  se tocaban con mucha pasión. El estar desnudos frente a sus amigos, dando un show para ellos era algo que los estaba poniendo muchísimo. Ya llevaban alrededor de 20 minutos haciéndolo, mientras que los demás, por la pena seguramente, sólo lo habían hecho por un par de minutos. Los otros dos hombres se estaban masturbando viéndolos coger mientras las dos mujeres se limitaban a tocarse los pechos y tal vez un poco el clítoris.

-Vénganse los tres en mi.- dijo Ella dirigida a Él y a los otros dos hombres.

Los dos se acercaron a Ella mientras Él le daba las ultimas fuertes penetradas. Los tres se vinieron en los senos de ella al mismo tiempo, dejándolos llenos de espeso y caliente semen blanco que le escurría por el vientre hasta su vagina. Ella tomaba lo que podía con sus manos, lo llevaba a su boca y bebía lo que podía, embarrando el resto en sus labios y nariz para poder olerlo.

La imagen no es de Ella, es una dramatización.

Cuando todos se relajaron la fiesta se dio por conclusa. Él y Ella ya no podían regresar así ni tan tarde a sus respectivos hogares así que su amigo, el anfitrión, les permitió pasar allí la noche.